Salvador Dalí fue un artista desbordado por su propio personaje. Provocador, extravagante y obsesivo. Vivió un amor mágico con su musa, Gala, durante más de 50 años y nos hizo espectadores de una realidad confusa y ambigua en la que los relojes eran blandos, los elefantes tenían patas de mosquito y las mujeres cuerpo de cajón. La creatividad, la imaginación y los sueños marcaron todos los aspectos de su existencia.