Los alimentos humildes son, en muchos casos, medicinas excepcionales. La cebolla es rica en vitamina C, un
tónico general y un poderoso antiséptico. Su jugo crudo, aplicado en cataplasmas y compresas evita la infección de
pequeñas heridas y también es muy útil contra el acné. Cocida, resulta muy eficaz contra sabañones, abcesos y
forúnculos. Posee una sustancia, la glucoquinina, que reduce la tasa de glucosa en sangre y ayuda en el tratamiento
contra la diabetes. Entre sus virtudes más conocidas destacan el ser expetorante, antiséptica y emoliente; tres
características ideales para el tratamiento de las molestias del sistema respiratorio.