Jimmy Liao muestra un enorme respeto por la infancia y por las emociones de los niños que para él son tan reales e importantes como las de cualquier adulto. Sus protagonistas suelen ser niños (o el niño que todos llevamos aún dentro, el que fuimos) y más concretamente, niñas.
Liao se autodenomina emisario de esos sentimientos y los universaliza convirtiéndolos en algo extrapolable a cualquier persona, tenga la edad que tenga. Sus colores son fuertes, y el trazo es grueso y de aire infantil. Sin embargo, sus temas son complejos; sus preocupaciones, maduras; y su visión de la realidad demasiado pesimista para lo que suele ser la visión de un niño.
En No soy perfecta nos invita reflexionar sobre lo perfecto y lo imperfecto; sobre el constante afán de la perfección y la frustración que provoca su deseo: ¿Quién es realmente perfecto? ¿Ser perfecto te hace feliz? ¿Las personas demasiado perfectas no resultan molestas?
Un libro dedicado a los niños y adultos que han dejado de buscar un mundo perfecto. Una invitación a ser nosotros mismos.