En Verano animal se combinan las sensaciones de los meses de suspensión y letargo del período estival, con otros elementos subyacentes: animales, carne, casas (des)habitadas, cuerpos en tránsito, cuerpos dolientes (también resistentes). El poemario aborda, en definitiva, los múltiples vértices de la herida originaria. Son versos que beben, de alguna manera, de composiciones de maestras como Alejandra Pizarnik, Angélica Liddell, Silvia Plath, Gabriela Ponce, Adrienne Rich o Lidia Yuknavitch.