Durante el confinamiento de la primavera de 2020 en el que nos vimos sumidos por la explosión de la pandemia del coronavirus, Isidro Ferrer quedó impactado por el silencio en el que de repente nos vimos envueltos. Al dejar de estar presentes los habituales ruidos de la ciudad, una infinidad de pequeños sonidos tomó presencia adquiriendo un volumen desconocido hasta ese momento. Isidro Ferrer escuchó estos nuevos sonidos y, en un proyecto impulsado por el Museo Nivola –ubicado en la isla de Cerdeña en Italia–, los tradujo visualmente.
En las páginas de este libro, el lector encontrará algunas reflexiones y curiosidades acerca de la percepción, reproducción y traducción de los sonidos, pero sobre todo una guía práctica de técnicas y materiales para darle consistencia concreta y visual en un papel.